martes, 20 de agosto de 2013

¿Tu me manques o yo me extraño?



“Tu me manques” es la forma de expresar en francés “Te extraño” o literalmente “Tu me haces falta”, pero la gran duda de hoy es ¿Qué extraño y por qué?, es raro que por milésima vez no extrañe a alguien, simplemente extraño algo de mí misma.

Crecí con la bendición de ver amareces y atardecer hermosos en una gran montaña, donde los animales eran mis amigos y el viento era mi mensajero de preferencia, enviaba mensajes a Dios agradeciendo tanta belleza  y paz que sentía en ese paraíso, también le mandaba abrazos y besos a mi padre que se encontraba en otra ciudad, imaginaba que el viento lo abrazaba y él sabría que era yo quien enviaba esa descarga potente de energía llena de amor y nostalgia.

Los años pasaron y nunca perdí la ilusión de ser tan grande como un árbol, delicada como una rosa, juguetona como mis gatos, sabia como el búho que me visitaba todas las madrugadas y débil como la hormiga cuando entraba a la azúcar y estaba en peligro de muerte por algún humano. Tenía una gran expectativa sobre mi vida y personalidad, hasta que me di cuenta de algo tan importante y transcendental… Todas las personas que conocía tenían esas mismas expectativas, menos ser débiles, todos querían ser fuertes, rudos, fríos, ser los mejores en sus actividades, sin importar el costo.

Veía a mi entorno y entre luchas internar me preguntaba ¿Pero la vida debería ser más que éxito y perfección?, mi dualidad peleaba constantemente sin obtener una respuesta solida, hasta que me di cuenta que la respuesta te la ofrece la propia vida, a medida que el ser humano se va desarrollando.

Entonces ¿Por qué hoy me extraño?... La respuesta es sencilla, me extraño porque necesito paz, necesito la tranquilidad de sentarme en las noches y ver las estrellas, despertar a las 4am para ver los colores del amanecer y entre lagrimas de alegría agradecer a Dios por tanta perfección, oler el pasto y escuchar el canto de los pajaritos mientras tomo mi taza de té, escuchar a mi madre mientras prepara el desayuno y a mi padrastro jugando con sus mascotas…

El paraíso no solamente está en el cielo, toda persona tiene un paraíso terrenal. El mío se encuentra en esa casita de la montaña, donde crecí y viví grandiosamente mi niñez. Cuando me extraño, realmente necesito es ir de vuelta a mi paraíso personal que Dios creó a la perfección.